Invoquemos para que, desde el punto infinito de LUZ inmerso en el Espacio Uno, la LUZ destelle en todas las mentes humanas y que la LUZ de la VERDAD se esparza por los confines de la Tierra.
Invoquemos para que, desde la fuente inagotable de AMOR que impregna a la Conciencia Una, el AMOR se anide en nosotros y fecunde a todos los corazones humanos, y que las JUSTAS y RECTAS RELACIONES HUMANAS restauren la PAZ en la Tierra.
Invoquemos para que, desde allí donde emana el PODER y la eterna Voluntad-al-Bien es conocida, el PROPÓSITO SUPREMO guíe la voluntad personal de cada ser humano, el Propósito que Aquellos Que Saben, conocen y sirven.
Actuemos responsablemente para que, desde aquí donde invocamos como Iberoamericanos integrantes de la Raza Humana, se realice el PLAN de AMOR y de LUZ que herméticamente selle toda posibilidad al mal.
En síntesis, invoquemos —¡y actuemos!— para que la LUZ, el AMOR y el PODER, como eterna Voluntad-al-Bien, restablezcan el PLAN DIVINO en Iberoamérica y en toda la Tierra.
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