Durante los primeros años del siglo xx (de 1909 en adelante) la División de York de «La Venerable Sociedad de Francmasones, Masones Rústicos, Amuralladores, Pizarreros, Pavimentadores, Yeseros y Ladrilleros» («The Worshipful Society of Freemasons, Rough Masons, Wallers, Slater[er]s, Paviors, Plaisterers and Bricklayers»), el principal Gremio Operativo de Francmasones de Inglaterra, temiendo la desaparición de su antigua Tradición, comenzó a emanar una serie de documentos —artículos en periódicos y revistas (especializadas o no), libros y panfletos, correspondencia privada y manuscritos, principalmente de mano de Clement E. Stretton (1850-1915), pero también con la participación de otros colaboradores como John Yarker, Thomas Carr, A. Gorham, Charles H. Merz y Robert B. Grant, entre varios más— a través de los cuales se podía entrever (dentro del marco de una mezcla de explicaciones técnicas, trasfondo histórico y leyendas gremiales) un elaborado, detallado y completo sistema de Masonería Operativa con Deberes, Obligaciones y Rituales del cual nada se sabía hasta entonces.
Tal sistema de Masonería Operativa, se afirmaba, descendía directamente de los Gremios Operativos encargados de la construcción del Templo de Jerusalén por mandato del rey Salomón, su Gran Maestro, y era heredero de una tradición que se remontaba históricamente a los tiempos turanianos pero que fundamentalmente era la depositaria de una Sabiduría supra-humana cuyo origen —al ser divino y revelado— se perdía en la noche de los tiempos.
La División de York afirmaba que desde el año 926 existía en Inglaterra una Sociedad Operativa de Francmasones que trabajaba bajo los auspicios de la Patente del rey Athelstan.
Dicho Gremio Operativo siempre constó de siete grados divididos en dos clases —los Masones Rectos o de la Escuadra y los Masones del Arco, cada uno especializado en distinto tipo de trabajo— con sus propias tradiciones y secretos gremiales, y siempre estuvo apoyado por nobles y profesionales de otras disciplinas, que eran aceptados en sus filas con distintos fines.
Afirmaciones sobre: (1) un detallado sistema de grados y altos grados operativos vs. el sistema de originalmente dos (entre 1717 y 1723) y luego tres grados (de 1738 en adelante) de la Masonería de la Gran Logia, (2) la existencia de Logias de Masones Aceptados (sacerdotes y médicos) complementarias a las Logias de empíricos e ilustrados artesanos operativos vs. la afirmación de que la iletrada Masonería Operativa fue revivida a través de la creación de la moderna Masonería Especulativa, (3) así como la oposición férrea a la «Teoría histórica» del origen de la Masonería vs. las afirmaciones del Dr. Anderson y su nuevo sistema de Masonería adaptada, han sumido las enteras afirmaciones de los Operativos en la neblina de la duda y la controversia.
La totalidad de estos documentos pueden ser encontrados hoy día en los archivos de la moderna Sociedad Operativa, creada poco tiempo después de la muerte de Stretton en 1913 y consolidada en 1931.
Nuestra tarea, un dedicado trabajo de investigación, acopio y traducción, ha sido seleccionar la porción más significativa de los mismos para entregarla al público masónico hispanoparlante, con la intención de que sirva como testimonio de la imperiosa necesidad de replantearnos con bases firmes la historia de la Masonería, así como de revelar la importancia de una espiritualización de la misma, que nos permita profundizar más allá de la forma hasta su origen supra-humano, su desarrollo supra-histórico y su espíritu metafísico.
Quinto (propietario verificado) –
Excelente libro, datos muy bien investigados y un enfoque muy interesante entre la masoneria operativa como precursora de la masoneria especulativa